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martes, mayo 08, 2012

@JaimeCamil salva mujeres


Publicado el Sábado 5 de Mayo de 2012


Claudia Fuguay


Durante mucho tiempo las mujeres hemos tenido que enfrentar un sin número de obstáculos en nuestra vida. Uno de ellos, que por desgracia continúa latente entre nosotras es el machismo.

Una actitud que de ninguna manera tiene razón de ser, ni justifica su presencia, no sólo en nuestros tiempos, sino en los remotos. Y aunque se han levantado ya muchas voces en contra de esta actitud tan cavernícola, hasta la fecha no ha sido suficiente, pues los machos aún se resisten a desaparecer. ¡Ohhh! y ahora ¿quién podrá ayudarnos? No, no es el Chapulín colorado. Es Eva que ¡ha venido al rescate!

Y es que con la telenovela de Por ella soy Eva, muchas “mujercitas bellas” han tenido la oportunidad de reflexionar sobre el tema en cuestión, pero de una manera divertida, chusca y amena.

En esta telenovela -que en mi opinión es excelente-, se presentan diversos temas como el de las madres solteras, la falta de comunicación entre la pareja, la autoestima y las diferentes personalidades de los machos. Unos atractivos, otros no tanto, unos tramposos y además ambiciosos, otros dicharacheros y poco sobresalientes en su trabajo; otros duros, crueles y mujeriegos… pero a fin de cuentas ¡machos!
El último de los casos es Juan Carlos Caballero, personaje que estelariza estupendamente nuestro querido Jaime Camil, y quien debido a una serie de circunstancias, se ve en la necesidad de transformarse en Eva.

Eva se ha convertido, sin lugar a dudas, en la mejor amiga de muchas televidentes. Y Juan Carlos ha aprendido a valorar y a respetar a las mujeres, aunque para ello tuvo que ponerse literalmente en sus zapatos.

Con el sólo hecho de transformarse en Eva, este galán puede darse cuenta lo complicado que resulta ser mujer, y no lo digo porque no esté a gusto con mi género, ¡obvio no!, pues ser mujer es fascinante, sino por la cantidad de tareas que tenemos y el poco tiempo con el que contamos para realizarlas, pues desde que inicia el día ya estamos atrasadas, y díganme si no.

Para empezar, tenemos que lucir maaas bellas, pues bellas ya los somos, pero para estarlo más requiere un poquito de tiempo: peinar el cabello, acomodarlo, maquillarse, ponerse las medias y subirse a los tacones, preparar el desayuno, el lunch de los niños, llevarlos a la escuela, realizar las tareas del hogar, ir al súper, a la tintorería, al banco…uff, ya me cansé y eso que aún no acaba el día. Y por si fuera poco soportar las actitudes machistas de nuestra pareja.

¿A qué me refiero? Pues nada más y nada menos que a esas posturas injustas y poco equitativas por parte de nuestros hombres. Y para ilustrarlo basta citar esos dichos populares que lamentablemente los machos consideran verdad. Por ejemplo, las mujeres son de cabellos largos e ideas cortas, mujer que trabaja de tonto no te baja, a la mujer hay que tenerla como a las escopetas, cargada y atrás de la puerta…, podría llenar una hoja más de esas ideas tan erróneas, pero ese no es el cometido, estoy segura que Eva y muchos de ustedes estarán de acuerdo conmigo. Lo importante es revalorar a la mujer; y no me refiero sólo a los caballeros ¿ehhh?, sino también a las mujeres.

Así que, mujercitas bellas, a borrar esas falsas ideas de superioridad de género, nada de eso; eso se ¡acabó! Mujeres y hombres somos iguales. Valemos lo mismo y tenemos las mismas capacidades. Tampoco se vale una mal sana competencia con los del sexo opuesto y mucho menos decir que todos son iguales. No. Por fortuna hay hombres lindos, cariñosos, comprensivos y solidarios. La verdad, ¿qué haríamos sin ellos chicas?

Y por los que toca a los caballeros, se que a veces es un poquito difícil entendernos, pero créanme no pedimos mucho. Queremos sentirnos amadas, nos gusta saber que nuestras cosas les importan –por triviales que éstas sean-, que valoren nuestros esfuerzos y que sean partícipes de todo lo que sucede en nuestro hogar ¡dulce hogar!, llámese niños, limpieza de la casa, organizar las finanzas…, bueno, ustedes saben. Y si no es así, hagan como Juan Carlos Caballero: pónganse en nuestros zapatos y sean como Eva ¡vengan al rescate!.

Fuente : http://www.elarsenal.net

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