Estimulación Temprana
Por Heidi Balvanera | Sábado 02 de junio de 2012
Siempre que escuchaba hablar de la “estimulación temprana” me imaginaba técnicas de aprendizaje forzadas o saturantes para un bebé. La verdad es que no fue hasta que Elena cumplió cuatro meses que me di a la tarea de investigar sobre el tema y llevarla a conocer un centro donde la imparten. En el pasado, se tenía la creencia que lo básico para un bebé menor de dos años era únicamente una rutina bien establecida de sueño y alimentación, se daba poca importancia al desarrollo y la capacidad del pequeño y, con eso de que no tienen forma de comunicarse a tan corta edad, pues ni como quejarse ¿verdad? La estimulación temprana es la forma ideal de potenciar al máximo las habilidades físicas, mentales y psicosociales de un bebé mediante actividades repetitivas. Ya ven que durante el primer año de vida de un bebé, su sistema nervioso central es como una esponja y, con este tipo de estímulos (también conocidos como bits), se fortalecen las conexiones neuronales. El máximo desarrollo neuronal está comprendido entre el nacimiento y el tercer año de vida. Para cuando un niño cumple los seis años, sus interconexiones neuronales del cerebro ya están establecidas. Este sistema no pretende crear “Einsteins” (aunque no dudo que pululen en esta generación) sino darle a nuestros hijos la oportunidad de explotar toda su capacidad y, por medio de la estimulación, lo podemos lograr de una forma muy satisfactoria y también divertida. Se recomienda que los bebés empiecen las clases alrededor de los 4 meses, ya que a partir de esa edad comienzan los avances importantes en su vida (como voltearse de pancita, sentarse por si mismo y gatear). Cada bebé es único y estos avances son diferentes en cada pequeño, sin embargo la estimulación temprana es excelente y los ayuda para que este proceso llegue con más rapidez. Se recomienda que el bebé atienda las clases con alguien de mucha confianza (ya sea papá, mamá o algún familiar) porque es básico que se sienta cómodo para poder aprovechar todos los ejercicios al 100%, además se requiere de mucha paciencia, apoyo y amor para tener los avances que el método ofrece. Algunos especialistas recomiendan que la estimulación temprana se haga en un ambiente familiar para el bebé (como su casa) pero, hoy en día existen muchos centros especializados con instalaciones padrísimas y también, de precios bastante accesibles. Yo les quiero contar que, según mi experiencia, es un sistema increíble! Desde que Elena y yo vamos a sus clases una vez por semana, no sólo he encontrado otra forma de entablar un tiempo de convivencia con ella sino que también he notado avances sorprendentes en su desarrollo! Hasta me agarró un poco en curva! Ahora que está a dos de gatear, tengo que aceptar que Jaime y yo aún no tenemos lista nuestra casa para que gatee para donde quiera, con eso de que el piso se vuelve su nuevo mundo, no se puede ser demasiado precavido. A veces extraño aquellas épocas que Elena era súper controlable… (Era un bultito! jijiji!). Sólo con dejarla con almohadas alrededor estaba segura que ahí iba a estar cuando regresara, ahora… me la vivo doble checando los cinturones de seguridad =) Para los que aún no están convencidos de la estimulación temprana, se los recomiendo muchísimo! Es un tiempo de diversión garantizada al lado de nuestros nenes sin mencionar los innumerables beneficios que ofrece.
Fuente: http://blogs.quien.com
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